Resulta que ahora lo diario puede ser mi última elección, mi último pensamiento sano; el final de lo maravilloso que se siente lo indescriptible.
Pronto puede terminar la estadía perfecta, el tiempo preciso, y la suerte de haber encontrado mi centro.
Estas dentro mio, robándome el bienestar. Llevándote cada pedazo de mi ser, de mi cuerpo. Cerrando todas mis vías de escapes, silencioso te sigues esparciendo. Cada vez más, siempre peor.
No te maldigo, puesto que me enseñaste a valorar hasta lo mínimo. Tomé la decisión de que otros te vean como mi enemigo, de sentirte interiormente mi compañero, ese extraño que me mostró lo que nunca me supe.
Aún manejo un sano juicio. Esa depresión profunda que muchos esperaban, terminó por ser una fuente de energía perfecta para hacerme de acero; para mantenerme de pie y con la frente en alto.
Siempre me quedará por hacer, y mucho más aún, por decir. Me es imprescindible abandonar este molde, repleto de paz. Con la conciencia bien limpia, extremadamente tranquila.
Ya nada es lo mismo. Yo no soy igual. Mi soledad es diferente, ya no me aterra, me calma. Mis pensamientos se volvieron convincentes y mis sueños seguirán siendo eso, hasta que me esfume junto con ellos.
Ahora hablo de la conexión con el otro yo. El mismo que hurga y escarba mis confidencias (esa especie de sabio que responde a través de tus pensamientos) La considero un sentimiento, una emoción sublime. Lamento haberla encontrado tan tarde. Aunque, muchos dicen, nunca es tarde, hubiese preferido más vida para disfrutarla. Al menos supe de ella; al menos me dejó abrazado al calor del sol, a la frescura del río, envuelto en largos pastos que chocan con el cielo y admirando como el viento borra las últimas nubes aferradas a mi constancia por salir adelante.
Jamas permitiré que los dolores se adueñen de mis voluntades. Seguiré haciendo y deshaciendo a como de lugar. No bajare los brazos, aunque nunca los haya subido por confiar en los cursos naturales. Llevaré a mi tranquilidad eterna las almas que embellecieron la mía. Continuaré amándolos y amándote por siempre.
De a pasos débiles, pero con el espíritu mas fuerte y firme que nunca, daré de a poco mi ultima lección de amor.