22 de noviembre de 2010

Hallado en un viejo papel

No son los muertos los que en dulce calma
la paz disfrutan de la tumba fría;
muertos son los que tienen muerta el alma,
y viven todavía.

No son los muertos, no, los que reciben
rayos de luz en sus despojos yertos,
los que mueren con honra son los vivos
los que viven sin honra son los muertos.


La vida no es la vida que vivimos,
la vida es el honor, es el recuerdo,
por eso hay muertos que en el mundo viven,
y hombres que viven en el mundo muertos.

Ricardo Palma

1 de noviembre de 2010

¿Vienes?

Te invito, por un ratito, a desaparecer junto a mi de este mundo, a perdernos en medio de una nada que se convierta en nuestra mayor confidencia. Un espacio dantesco donde el vacio se llene facilmente por el calor de nuestros cuerpos. Vayamos a un infinito a entregar plenamente el corazón, un desierto que nos deje la mente en blanco por varios segundos. Huyamos hacía lo inesperado, viajemos sin rumbo, averiguemos cual es el sabor que tiene la libertad de a dos. Unamos las almas, juntemos las palmas, toma mi cintura, besa mi boca y aprende, tu también, que mi cuerpo ha sido ensamblado para conectarse plenamente con tu figura.
Amame solo un tercio de lo que yo lo hago, asi sabré que tu amor abarca, prácticamente, un universo entero. Extrañame de a montones y montones, solo para encontrarte y saborearte con mayor intensidad. Deseame suavemente, así tu pecho me da la dicha de descansar acurrucado bajo el perfecto relajo que conforman tus caricias sobre mi cabello. Planea mucho, proyecta aún más, tu también sabes que nacimos para complementarnos.
Ni medias naranjas, ni menos limones, solo seres creados para fusionarse, para pensar y amar como uno solo, como un todo excelso, simplemente maravilloso.

21 de octubre de 2010

Conectado a la vida

Es complicado verte en esta situación. Ni mi más terrible miedo supera lo que hoy siento. Una noticia bastó, para que salieran a flote nuestros recuerdos. Aquel hecho que nos unió como nadie podra saberlo.


Simplemente allí estas, callado y envuelto en sabanas de cielo. Aunque a decir verdad solo veo tu molde, ya tu esencia se esfumó puertas adentro de lo eterno, descansando (seguramente) al lado de los que antes que ti partieron.

Es una decisión brava. Es tratar de separar los mitos eternos, de saber que se siente con un corazón latiendo; como tener fe en tu fuerza, aferrarse a milagros concretos y contradecirse al entender que tus probabilidades de seguir, implican un cero.

No me resigno jamás.  Busco hacerme la idea que nuestra conexión, supera lo de este terreno.

Hijo, tu vida ya sobrepaso nuestros planos; se encuentra un escalón más alto. Por más que ciertos aparatos mantengan tu cuerpo, no estas aquí y menos dispuesto a sostener un molde abandonado hace un prolongado tiempo.

Hoy mis lágrimas corrieron por tu rostro con ánimo de dar vida. Con el alma destrozada despido a la coraza que vi crecer.

Me alejo de caricias y palabras a lo material. Aprendo a ponerme a tu altura y a vivir con eso...No un corazón latiendo, sino aquellas sensaciones que ni el más formado de los estudiados podrá definir de donde provienen, ni el porque de tan claros sentimientos.


Seguiré llorando todas las noches. Anhelaré encontrate el día que mi reloj pose su aguja sobre el final.

La vida nos permite terminar con algunos sufrimientos.   De esta manera podras paliar el dolor de otros tantos, que como yo, lloran el alma, desesperando en la busqueda de salvar tantos lazos certeros. Creo que es mucho peor estar en su lugar, comprendiendo que la muerte se grava en la conciencia y en el sano juicio de aquellos que, débiles de físico pero fuertes de espiritu, la surten tramo a tramo para volver a ser tan sanos como alguna vez lo fueron.

Con tus 17 años, cinco seres podrán extender su caminos mucho más lejos. Tendrán la oportunidad que la vida a ti te quitó, esa que se plasma en verte esposo, padre y abuelo.Pensandolo bien tu estadía sirvió para ampliar nuestra familia, y darnos un orgullo inmenso, solo por el hecho de saber que fuiste nuestro.
Quienes te amamos y te queremos te agradecemos. Recuerda, como te dije antes que te fueras a dar una vuelta: Nunca olvides, que jamás te olvidaremos.

27 de agosto de 2010

Simple


Simplemente despierto. Mis ojos buscan la impaciencia de un nuevo día. Mi primer pensamiento se desglosa en tu figura, se mantiene vivo hasta después de desperezarme. Un té tibio espera manchando el interior de una taza que supiste regalarme. En cambio yo, sin manchas, espero tibiamente un reencuentro profundo.

El reloj va sumando minutos que me llevan a lo racional de mi trabajo. Entre pilas de papeles consigo olvidarte un poco. Todo suma. Varias horas se acumularon en un plazo de tiempo que parece tan fugaz, como tantos besos armados con relampagos de recuerdos que estallan en mi cabeza.

El sol de la tarde muestra que ya le ganó la pulseada al resto del día. Subo a mi auto y comienzo el viaje. Típico, corto y constante. Los kilómetros van armando un mundo preciso. Una hora de soñador, de loco y de poeta sin inspiración. El tramo suficiente para reconciliarme y volver a dejarte; para reprocharte y desearte; para halagarte y pelearte; para matarte de mi recuerdo para siempre y aferrarme a tus pasiones sin precedentes.

Allí vago. Me amigo con la soledad. Me descubro, pero caigo en la cuenta de que no me reconozco. Busco soluciones al mundo, aunque comprendo que no puedo solucionarme.

La vuelta se torna tediosa. A veces música, otras tantas, partidos. La noche me ganó la riña; la ruta aumentó el deseo de tenerte en el asiento de al lado. Los sonidos del silencio interior, aseguran que se necesita de tu compañía.

De nuevo en casa. Prontamente mis ojos se cerraran buscando matar un largo extrañar. Igual de pronto volverá a renacer el sol, y me dejará sabiendo que esta rutina me destruye mucho más que la que creía sentír a tu lado.

11 de agosto de 2010

Es...


Todavía recuerdo aquel enero de raros tragos y carteras robadas; de celulares prestados y aventuras fabuladas en dos minutos; de frases y palabras que figuraban una complicidad tan interna que nadie pudo hacerse eco de ella.




Esa madrugada me enseño que la locura se vuelve cuerda, cuando existe otro loco que la comparte; me demostro que las utopías de dos chiflados no resultan ser eso, sino más bien la realidad de sentirse unicos en el mundo. Simplemente distintos, sencillamente confidentes.


Mis secretos dejaron de ser. Mis mañas se esfumaron desde el momento que aprendiste a conocerme; mis alegrias tienen la dirección marcada para compartilas; mis tristezas saben en que hombro apoyarse; mis dudas comprendieron de donde emanan las respuestas más precisas, las esperas mas dulces.


Después de meses de conocerte, resulta que tu ser impregno en mi, esas sensaciones diferentes; la emoción de pensarme y pensarte a la vez, de sentir que somos una vida, una forma, un complemento, un todo perfecto, me regala una felicidad inmensamente deseada. Me deja frente a la intensidad de la busqueda de amarte.


Sin lugar a dudas te clavaste en mi, tan fuerte, que si el futuro nos niega la estadía juntos, tu huella ha de ser muy bien marcada; seguramente añorada por demás.


Te quiero por lo que sos, cuando el resto de los mortales no saben que sos... Te adoro por lo que me das, cuando muchos de los seres no logran ver cuanto podes.... Te extraño por como siento, sabiendo que la mayoría de los despistados nunca te sintieron asi... Te necesito por lo que soy, sabiendo que con parvas de despavilados jamás podre ser yo completamente.

22 de junio de 2010

Mi última lección


Resulta que ahora lo diario puede ser mi última elección, mi último pensamiento sano; el final de lo maravilloso que se siente lo indescriptible.
Pronto puede terminar la estadía perfecta, el tiempo preciso, y la suerte de haber encontrado mi centro.
Estas dentro mio, robándome el bienestar. Llevándote cada pedazo de mi ser, de mi cuerpo. Cerrando todas mis vías de escapes, silencioso te sigues esparciendo. Cada vez más, siempre peor.
No te maldigo, puesto que me enseñaste a valorar hasta lo mínimo. Tomé la decisión de que otros te vean como mi enemigo, de sentirte interiormente mi compañero, ese extraño que me mostró lo que nunca me supe.
Aún manejo un sano juicio. Esa depresión profunda que muchos esperaban, terminó por ser una fuente de energía perfecta para hacerme de acero; para mantenerme de pie y con la frente en alto.
Siempre me quedará por hacer, y mucho más aún, por decir. Me es imprescindible abandonar este molde, repleto de paz. Con la conciencia bien limpia, extremadamente tranquila.
Ya nada es lo mismo. Yo no soy igual. Mi soledad es diferente, ya no me aterra, me calma. Mis pensamientos se volvieron convincentes y mis sueños seguirán siendo eso, hasta que me esfume junto con ellos.
Ahora hablo de la conexión con el otro yo. El mismo que hurga y escarba mis confidencias (esa especie de sabio que responde a través de tus pensamientos) La considero un sentimiento, una emoción sublime. Lamento haberla encontrado tan tarde. Aunque, muchos dicen, nunca es tarde, hubiese preferido más vida para disfrutarla. Al menos supe de ella; al menos me dejó abrazado al calor del sol, a la frescura del río, envuelto en largos pastos que chocan con el cielo y admirando como el viento borra las últimas nubes aferradas a mi constancia por salir adelante.
Jamas permitiré que los dolores se adueñen de mis voluntades. Seguiré haciendo y deshaciendo a como de lugar. No bajare los brazos, aunque nunca los haya subido por confiar en los cursos naturales. Llevaré a mi tranquilidad eterna las almas que embellecieron la mía. Continuaré amándolos y amándote por siempre.
De a pasos débiles, pero con el espíritu mas fuerte y firme que nunca, daré de a poco mi ultima lección de amor.

1 de junio de 2010

Por siempre


Vaya uno a saber por dónde andarás. Seguramente desplegando magia y espiritualidad. Otros tendrán el agrado de escucharte, mirarte y hablarte. Regocijar sus oídos con sensatez dominante, acompañada de una inteligencia y entrega constante.
Hoy por estos lados uno no deja de extrañarte. Las reuniones, comilonas y diálogos sociales, traen a la memoria tu recuerdo tan brillante.
De a poco la realidad se asume, aunque se sabe que hay barreras insuperables. Lo ideal es aprender a vivir con ellas y no quedarse pegado a lo irreal de pensamientos delirantes.
El paso de los años te borró del mapa, ese mismo que cada día que pasa, me demuestra que desde una palabra, un consejo o una enseñanza, seguís abrazado a una verdad que va marcando mi estadía y mi constancia.
Muchos no aceptan tu partida, otros creen que pudo ser la mejor despedida. Algunos consideramos que lo tuyo fue por algo, lo que me une a los que encuentran el significado de la lucha y la fuerza sin desgano; y al reproche de los besos y abrazos no gastados.
Se te extraña seguido, desde cuando todo parece éxito hasta cuando se vuelve extinto. Igual se siente tu abrazo, tu sentar en la silla de al lado, tu palmada en la espalda y más aún tú secar de lágrimas.
Es gracioso comprender, que aquello que de joven molestaba, hoy resulta lo sensato. Somos animales de costumbre y aprendizaje, y esto me da la pauta que he aprendido de ti; soy lo tuyo. Porque las noches vividas recaen en nuestro gran parecido. Desde los gustos, hasta los disgustos; desde los retos a los consejos; desde la forma de ver al mundo, hasta la representación de la personas que lo habitan.
Quien sabe cuando nos volveremos a encontrar. Capaz que todo se apaga al cerrar los ojos, o porque no, quizás se enciende la luz más maravillosa e imponente, y te reencuentro.
¿Para qué seguir complicándome con conjeturas? Ya la vida tiene muchas. Aparte claramente entiendo que aunque luego no exista nada, tú estuviste viviendo dentro mio por muchísimos años más.

19 de mayo de 2010

Esperando causalidades

Muchacho soñador que buscabas transitar una vida planeada a la perfección. Llevabas bien puesto el traje de la mesura, de la conciencia.
Muchacha tosca de pocos sueños, tambaleando en una vida poco agradecida contigo. Tenías colocado el vestido del sacrificio y los zapatos del esfuerzo.
Recuerdo haber visto sus caminos cruzados. Es más si a mi me tocaba marcar sus destinos, su encuentro no habría sido posible. Yo los conocía, eran dos seres opuestos de pensamientos y sentimientos, de recuerdos y porvenires, de formas de ver el mundo.
Algunos dioses (siempre dignados a dar la contra) decidieron enfrentarlos. Experimentaron con sus cuerpos. Sonreían ante la astucia de romper las reglas y susurraban para no ser escuchados por aquel líder, quien, sabido era, no compartía estas filosofías.
Allí estaba él con su cordura habitual, enfrentado a la despojes de pensamientos de ella. Su masculinidad lo llevaba a creer en una noche normal, plagada de un hedonismo concurrente. Enfrente, la feminidad corroboraba que se encaminaba algo libre, rebozado de alcohol y baile, como era normal a esas horas.
Una noche que dio pié a otra y luego a otra más. Prontamente el sol comenzó a ser testigos de sus habladurías, de sus miradas.. de sus besos encarnizados, casi eternos.
El tiempo empezó a trasladar un ser al interior del otro. La suerte hizo posible formar un solo pensamiento, un corazón. El era ella y ella él.


Aquellos dioses transgresores, se regocijaban con el hecho de saber que no era necesario escribir el destino, que las casualidades ya no se confundirían con las causalidades en infinitos papeles. 
Los años y la grandeza de la relación, terminaron por hacer que el líder librara miles de caminos sin escribir. Cada persona comprendía un compendio de casualidades abarrotadas. 
Un día observé a él caminando lejos de ella. Volteé mi cabeza y solo encontré a ella en dirección opuesta. Me sorprendí. Ya no eran lo mismo.
Los dioses teorizaban como locos, buscaban explicaciones. Nunca supieron que sucedió. Terminaron vencidos.
A veces me cruzo con él, lo encuentro casi sin vida, fantasmal. Primero le pregunto si regresaron; luego que pasó. Aún no tiene una respuesta, pero confía en el destino. Algo que no tiene. Solo es aquel experimento que divaga en el tiempo, plagado de casualidades y sin chance de encontrar la causalidad que siempre buscó.
Por lo pronto me desvela el hecho de saber que, en estos momentos, miles de seres transitan de la misma manera: Abrazados a una mísera causalidad que jamás les llegará.




Imagen: Florencia Dellavalle

12 de mayo de 2010

¿Será?

Por momentos resultaba inigualable rayar mi cabeza con tus pensamientos. Por épocas era mejor tenerte bien lejos. Por instantes anhelaba otro nuevo amanecer contigo; plagado de la libertad de ser uno mismo, tal cual, sin tapujos... Sin preocupaciones.
Provocabas días de enojos con el destino. Vapuleando la casualidad de haberte encontrado, me perfilaba a un mar incierto de dudas, de búsqueda de motivos inocuos. Eras la poca cordura ideal, la suficiente para hacerme inmensamente perfecto.
Atado a un pasado cómodo, el miedo de hacer las cosas mal (maldita insignia de mi personalidad) terminó por llevarse la soltura de mi tranquilidad. Amparado en conclusiones incomodas, busqué darle vida a algo que ya había muerto hacía mucho tiempo.
Es tan complicado aceptar el derrumbe de los sueños, que nos aferramos tanto a ellos y nos enceguecemos. Olvidamos que la vida es puro cambio, y atarse a un plan nos convierte en esclavos de las decisiones.
Amé con pasión, con fuerza. Intenté salir adelante, pero no se dio. Todo por tratar de volver a ser lo que fui cuando aprendí la lección de lo que implica ese sentimiento ¿Será por eso que cuesta desprenderse de lo que ya no es?
El tiempo fue robando días al calendario, fue dejando de lado asombros. Comenzó a borrar sensaciones extremas; confusiones que tenían un claro significado. Así y todo no se empeñó en desvanecer el miedo a errar.
La tranquilada de poder tener la cabeza fría, me lleva a la osadía de saberte una hacedora de mi nueva forma de ver las cosas. Tus palabras me colocaron de cara a una nueva dirección. Me ubicaron con la frente en alto... siendo yo, y no lo que a los demás les gusta. Dejando de ocultar mi poca cordura y mis vaivenes; entendiendo que así puedo sentirme completo, aún masticando una soledad que a veces estorba y otras se convierte en mi mejor amiga.
Comienzo a tomar el riesgo que nunca antes tomé. De a poco me voy soltando, encarando las cosas como me susurra el corazón. Puede que sea tarde, o capaz muy tarde, pero voy.. continúo. Puede que me equivoque, pero sigo.. no me detengo. La pausa ha de ser corta, no eterna. Lo suficiente para caminar y dejar que las cosas se vayan dando; para aferrarme a los cambios.
Ayer eras la menos pensada, hoy la más importante. Te convertiste en el padecer de mi duda, en la pregunta de saber si eras lo que desechaba mi sustancia para obtener mi esencia. Lo seguirás siendo... no se si para siempre o solo es un parate que hicimos en el tiempo. Por lo pronto dejaré que fluya y seguiré transitando mi camino con mi yo más veraz y descontracturante.

25 de abril de 2010

Semana Catártica

La cosa es simple. Seamos muchos o pocos; anónimos o bien conocidos; cuerdos o locos; alegres o depres; la idea es dejar aquí algo que nos venga molestando o nos moleste desde siempre. Es la semana del descargo.. de soltar las iras.. de pegar grandes gritos... de hacer una compartida catarsis!

Por mi parte, les cuento que hoy en día me molesta, y me da mucha rabia no poder haber terminado este año de facultad... Pero bue, ya se verá que se hace..

Dos cosas me molestaron desde siempre:

1- Justo agarrar el maldito cuchillo serrucho que no corta! Es como si el hdp que lo tuvo antes lo hubiese agarrado para cortar la tierra... Dan ganas de partirlo en dos... Hacerlo sufrir! Siempre lo mismo, en el momento crucial de saborear el delicioso bife de chorizo, nos tenemos que levantar a buscar otro tramontina.. Que seguro ha de seguir el camino del anterior.

2- Llegar a casa, tener esa bolsa tan preciada de criollos (bizcochos) de grasa, saber que solo es para mi.. Que nadie vendrá a su rescate. Ya los saboreo con solo sentir su olor. Me acuerdo de algo y digo: " Con eso, quedan increíbles".. Enderezo mi rumbo a la heladera.. La abro, y en su puerta tengo el paquete de manteca, y de repente enfrente se asoma el dulce de leche... ¡Invento divino si los hay! Lo levanto, saco su tapa.... Y.... ¡Maldito el que dejo el frasco vacío! ¡ Como no lo agarran y lo torturan con la mermelada "dulciora" de durazno que sabía venir! ¡Que coma diez millones de frascos por hdp!

Ufff! Gracias... Ustedes siguen!

21 de abril de 2010

Tantas veces la vida me puso por delante oportunidades. Tantas como esas veces, las dejé pasar. Es más, diría que aún dejo que se vayan.
Para ser franco, pienso que soy yo quien les huye.
Comprendo el trasfondo de las decisiones, pero aún me cuestan. Es tan grande e imponente mi miedo a equivocarme, que termino jugando esto con las cartas marcadas. Asumiendo una comodidad lastimosa, contradictoriamente incomoda.
Reiteradamente siento que los años me van ganando la partida. Que el tiempo me va superando. Que ya deje pasar varios trenes, y que con suerte ha de quedar alguno sobre los rieles de mi camino.
Hoy no soy más que palabras. Un ser de acciones vacías. Hago hasta donde puedo, y quiero lo que no hago. La situación me supera. Me saca varios cuerpos de ventajas.
Busco consolarme en la reiterada frase: “todo se puede”. Persigo modelos cercanos, imitando la grandeza del esfuerzo. Me quedo. Bajo los brazos, pero dejo rondando sentimientos de culpa sobre mi cabeza.
No hay peor límite, que aquel que uno mismo se impone. Si lo sabré. Si lo padeceré. Creo que es necesario tener los pies bien calzados, bien sobre la tierra. Dejarme de voladurias, de divagaciones. Comprender que es lo que me toca. Andar marcando un rumbo realista. Transitarlo. Darle mi vida.
Pienso. ¿A todos nos pasará? ¿O solo será un eslabón más de mi cadena de inseguridades, frustraciones y miedos?

17 de abril de 2010


Sin más que decir. Sin más que expresar. Sin más por hacer. Solamente voy indagando las profundidades de mis vaivenes sentimentales. Lamentando errores. Olvidando rencores. Aferrándome a conversaciones y gentes imaginarias. Encontrando en la almohada a mi confidente perfecto. Aprendiendo a responder mis preguntas con supuestos pensamientos criteriosos.
Lamiendo la tranquilidad de los pocos compromisos. Amando la sombra de los arboles y de las hojas conmigo en el piso. Proyectando mis planes junto con el cielo y los pájaros; hoy, mis testigos predilectos. Ando vislumbrado por la precisión de aferrarme a mi mismo, cuando me pensaba más enajenado que nunca.
Ansié de nuevo, como tantas veces, la libertad. La conexión con mi mundo, con la naturaleza que me rodea, que me apacigua, que me reconecta, que me da vida. Te vas un rato. Lo suficiente para, con pasión, hallar una nueva dirección. ¿Cómo?. Embriagándome de la noche y subiendo a esa solitaria hamaca, que columpiándome, me hace dueño del tiempo, el viento y la libertad. Ella que para el resto del mundo tiene poco significado, es quien me deja nuevamente con mi esencia en la palma de la mano.
-----------
Imagen:lmclaura.blogspot.com

3 de abril de 2010

Estado pasado...

Ese fue el último momento juntos. Uno sentado al lado del otro deliberando todo lo que estaba oculto.
Fue tan confuso y loco, que quedo solo un embrollo. Me hablabas con un tono duro y yo moría por llevarte al fin del mundo.
Me sentía confundido, equivocado. No sabía si abrazarte e irme o aceptar callado, todo lo que ya había pasado.
Actué como un estúpido despechado. Fue una noche de blasfemos pensamientos y largos tragos. Me comporté como un tarado; en vez de comprender y ser sensato, dije cosas que jamás sumaron algo.
Tu sinceridad con el tiempo la fui admirando. Costo trabajo. Pues en esas épocas te deseaba más que nunca a mi lado. Ansiaba de tus actitudes y brusquedades seguir eclipsado.
Hoy te quiero más que siempre y aunque parezca capricho de tenerte, comprendo en que eso fue amor y no solamente un pasajero sentimiento de confusión.
Pienso en todos y cada uno de esos días de verano. Andábamos sin tropiezos y ensamblados, dedo con dedo, de la mano caminando. Saludos tímidos y un poco quedados.
Caigo bruscamente en el recuerdo de los fuertes abrazos; de anécdotas y risas de borracheras; de la plaza de la cual nos habíamos adueñado; del mismo banco que tantas veces fue testigo de lo que confesamos; de besos, caricias faciales y de las típicas mordidas de labios.
Una cena pendiente. Un recital que nos puso nuevamente de frente. Una nota con intenciones de ganarte. Miles de días larguísimos, plagados de aguante.
Tan poco tiempo para tanto cielo. Los días no hicieron falta contarlos, si lo nuestro, no hay dudas, terminó siendo un fugaz milagro.
Intento sacarte de mi mente. Aún mi recuerdo se estrella con la luz de tus ojos, tan única y precisa. Dejaste rondando en mí, esa mirada que tuviste la noche que me esclavicé al enojo.
Quedó la sensación de un frío abrazo y el sabor del último beso, que fue el más rico y doloroso que jamás me hayan dado.
Ya no se si quiero tenerte. Evito encontrarte.
A veces busco otra persona para olvidarte. Darme una oportunidad para ya, ni en mi sueños, volver a rozarte. Necesito demostrar que esta vez, puedo ser firme ante cualquier pronostico inestable.
Solo espero que seas feliz. Que todos tus sueños puedas cumplir.
Después de unos cuantos meses no existen rencores. Anhelo que quien te tenga te pueda aprovechar y te quiera, por lo menos, un tercio de lo que yo lo hice. Es mi deseo triste. Aunque a decir verdad, no creo que exista mago que lo realice.

03/03/2006

¿Será así?

Seguimos dando vueltas y más vueltas. Paralizados por un mundo tan precoz como el sexo a los quince años. Buscando alguna idea innovadora. Develando misterios intrigantes. Soñando realidades estúpidas.
Vamos y venimos. Gravitando por un centro lleno de pelusas; de mugre indefinida. Continuamos...
Luchamos. Persiguiendo fines caóticos, que dejan dolores de cabeza extremadamente sublimes.
Otra pitada de cigarrillo mezclada con el tic-tac de los pensamientos. Destinada únicamente a arreglar lo que soy, lo que vivo; aquello que me roba las horas de sueño; de descanso total.
Una nueva melodía que ayuda a motivar. A identificar las bases. A reencontrarse. A jugarse y mandarse de nuevo.
Seguimos vuelteando. Vagamos mucho, pero con sentido. Dudamos un rato, pensamos como llega. La situación perfecta se cae de estupidez. Se revienta de boludes.
Buscamos, vamos, venimos, dejamos y tomamos. Concretamos y erramos. Entonces nuevamente buscamos, vamos, venimos, dejamos y tomamos.

1 de abril de 2010

El hoy...

Aqui me encuentro, casi perdido en un laberinto de cuentos. Voy buscando un camino, una seña, un destino. Intentando, me resulta la palabra más familiar en esta época de sujeto extraño.
Me veo tapado en un silencio etéreo. Complicado en pensamientos fugaces, en sentimientos bañados de opacos tintes y contrastes.
Busco traducir emociones. Al fin y al cabo, salen como en mandarín, lo que supera con creces mi poca capacidad de entendimiento.
El tiempo se llevó todo. La brusca lluvia me dejó inundado en pensamientos de domingos de soledad. Me arrastro a la cornisa; con la mirada al cielo y las piernas rozando el abismo.
Encarnizado en una mentira, intento ser el ajedrecista perfecto de los movimientos errados; el estadísta concreto concluyendo en especulaciones delirantes; el calzado justo de los pasos perdidos; la pelicula ideal de la ficción de mis voladurías.
Las razones no son fundadas cuando existen corazones de por medio. Las dudas no son bien llevadas cuando nacen de promesas. La confianza, aparte de matar al hombre y embarazar a la mujer, pende de hilos tan frágiles que un pensamiento la desvirtúa.
Hay gente de pálabra débil, de compromisos inutiles y falsos. Tan livianos que no necesitan del viento para esfumarse.

25 de marzo de 2010

Simple...

Simplemente despierto. Mis ojos buscan la impaciencia de un nuevo día. Mi primer pensamiento se desglosa en tu figura, se mantiene vivo hasta después de desperezarme. Un té tibio espera manchando el interior de una taza que supiste regalarme. Yo en cambio, sin manchas, espero tibiamente un reencuentro profundo.
El reloj va sumando minutos que me llevan a lo racional de mi trabajo. Entre pilas de papeles consigo olvidarte un poco. Todo suma. Varias horas se acumularon en un plazo de tiempo que parece tan fugaz, como los besos que armo con rayos de recuerdos que revientan en mi cabeza.
El sol de la tarde muestra que ya le ganó la pulseada al resto del día. Subo a mi auto y comienzo el viaje. Típico, corto y constante. Los kilómetros van armando un mundo preciso. Una hora de soñador, de loco y de poeta berreta. El tramo suficiente para reconciliarme y volver a dejarte; para reprocharte y desearte; para halagarte y pelearte; para matarte de mi recuerdo para siempre y adjudicarme tus pasiones sin precedentes.
Allí vago. Me hago amigo de mi soledad. Me descubro, pero me doy cuenta que no me conozco. Busco soluciones al mundo, aunque comprendo que no puedo solucionarme.
La vuelta se torna tediosa. A veces música, otras tantas, partidos. La noche me ganó la riña; la ruta aumentó el deseo de tenerte en el asiento del lado. Los sonidos del silencio interior, aseguran que se necesita de tu compañía.
De nuevo en casa. Prontamente mis ojos se cerraran buscando matar un largo extrañar. Igual de pronto volverá a renacer el sol, y me dejará sabiendo que esta rutina me destruye mucho más que la que creía sentír a tu lado.

21 de marzo de 2010

Vocos, que te pario...se me pegó esta música. Excelente

El mundo es, lo que cada uno quiere

















Todo pasa, y entre golpes, huídas y anhelos, los años nos van tomando el tiempo. La necesidad de saberse algo rompe con todos los proyectos y crean la incertidumbre característica de los soñadores eternos.
Aquellos que caminan y trasladan a otros cosmos sus pensamientos, chocan con la realidad de saber que el estrés se lleva lo imaginario y deja lo concreto. Este mundo que gira a mayor velocidad en busca de otro calendario completo, es el que nos plantea la duda de entender quienes somos, a donde vamos y que hacemos.
Algunos se marchan si preverlo, otros en cambio, luchan por no hacerlo; aquellos que ruegan por tenerlo, son los que ya maduraron y prepararon este terreno, para liberar para siempre su espíritu, su alma y su crecimiento.
Varios quedamos en el sacrificio del seremos, atareados por la rutina, y enredados en lo tedioso que resulta ser criterioso en un determinado momento.
Se perdieron valores y respetos; aunque no todos se entrometen en este círculo vicioso que aúna hedonismo, comodidades y ventajas a cualquier precio.
Se venden proyectos, satisfacciones y sueños; lo que importa la pérdida de sentirse realizado en el plano interno, solo para encontrar aquel extraño placer de ser reconocidos a través de título, papeles y comentarios diversos; emanados de tantos encargados de verter conceptos oportunistas, que se borran con el primer soplar del viento.
El mundo vive en post de crecimiento. Un crecer desarmado, sin planteos y con una realidad tan incierta como las mentiras verdaderas. Ese crecer chato; plagado de puras especulaciones, engaños y patrañas.
Inéditos acontecimientos, buscan trazar mentiras evidentes que mutan en simples verdades convincentes.
Ya todo se va muy lejos. La simpleza, honradez y purificación de pensamientos, solo dependen de la naturaleza de un espacio en vistas de evolución cuando lo determinen los tiempos.
Hoy es el comienzo de un ciclo en donde “la raza predilecta”, como todos creemos, deberá entender que todo merece respeto y tomarse tal cual vino de viejo; para aprender que nuestro mundo no admite el esquivo de lo natural y concreto. Tan solo porque, como pocos entendemos, la conciencia gravita en cuidar esto, ya que es lo que mantiene sincronizado y en funcionamiento, para la subsistencia de lo inexplicable y lo razonable que hasta hoy no comprendemos.
Solo se trata de preservar nuestra propiedad, que traducida en miles y miles de kilómetros, se vuelve un pequeño eslabón en el universo, cargado de desigualdades, promiscuidades y desechos, que poco a poco van marcando un futuro poco feliz y teñido de explicaciones acomplejadas y sin criterios.

20 de marzo de 2010

Fragmento de carta

Otra vez me equivoqué. Perdón por lastimarte, es lo que menos he querido. Jamás pretendí eso.
Hoy lloro por la necesidad de tenerte, por las ganas de verte; por saber que mi mundo depende de vos, que el mapa de mi cuerpo es tuyo, que mi planeta de fantasías gravita en tu órbita y mi universo se limita a tu cosmos.
Lloro por pensarte riendo, por soñarte corriendo a mis brazos; por escucharte cantar con fuerza cuando estas contenta; por sentir tus palabras cuando mis cosas no salen bien; por tu aliento cuando surgen los nuevos emprendimientos; por tu preocupación cuando trabajé mucho; por tu caricia maternal cuando enfermo; por tu cabeza en mi hombro pidiendo ternura.
Muevo cielo y tierra por otra cena; por disfrutar de otra vuelta; por sentirte la más feliz del mundo cuando voy de tu mano; por saberte contenta de verme; por entender nuevamente tus miedos; por ayudar a tus deseos; por esperar el fin de semana para reposar a tu lado; por apoyar tus metas y alegrarme de tus logros.
Nada tiene sentido sin vos; pero nada de nada. El azar como cosa de locos puso en mi vida a lo más maravilloso: Tu amor. Trazó el camino por un solo rumbo. Sin querer me demostró que ahí parada estas; esperando, dudando.
Tu amor es vital. Sin él, el aire se vuelve denso y los sentimientos espesos.
Me hace feliz el hecho de haberte conocido. De entender que mis brazos fueron ensamblados para tu cuerpo; que mi boca solo encaja en tus labios; que mi corazón solo tiene volumen y capacidad para encerrarse en tu alma.
Lo que fabricamos tiene vida propia. Es eso que está entre medio de ambos; lo que nos une, mantiene, amarga, entristece. Es único y jamás existirá algo comparable.
Hoy mi felicidad solo pasa por estar a tu lado. Dicen que nada es para siempre. En nosotros, pase lo que pase, se va a acabar aquel día en que alguno ya no esté en este terreno. Pero así y todo, me iré comprendiendo que tu amor, tu sonrisa, tu felicidad y tus besos, para mi fueron, son y serán eternos.

Explicaciones inexplicables

Ya no se que sucedió. ¿Se perdió la pasión o simplemente se partió el amor?
Es cruel saber que buscas otro camino que va en sentido contrario al mio. No hallo la manera de alejar mi cabeza de tantas conjeturas, que al fin y al cabo alimentan un dolor inconmensurable; inigualable.
Un par de días después de aquella espinosa charla, comienzo a conocer que cuando duele el corazón no es nada. Eh encontrado un dolor singular, que es inexplicable, cabrío y constante. A decir verdad no hay modo alguno de describir el dolor del alma penante.
Hoy mi vida se posa en el vacío terminante. Se alimenta de seres sin vida y de sin sentidos delirantes. Es tan complejo escarbar en busca de respuestas, cuando ni siquiera es capaz de fluir una pregunta perfecta.
Creía que el amor era el poder de nosotros, nuestro cimiento, resguardo y sustento; aunque se que aún sigue latiendo con su presencia, estos golpes me aseguran que, a veces, amar no resulta suficiente. Los tiempos me sumergieron en lo profundo del abismo, hasta sentir que el pozo que se adueño de mi terminará por ser ciego.
Allí estas mi compañera de vida, emprendiendo el viaje hacia ese nuevo mundo de almas perdidas. Pensaras que mis inconsciencias indagan ese astro de soledades, y aunque esa soledad sea mi universo, sonreiré al confirmar que tus ojos no me observan como al común de los ciervos.
Quiero dejar de taladrar mi cabeza. Tomar las agujas del reloj y pasarlas hasta toparme con aquel día en que te tenga de nuevo entre mis brazos o asumida la culpa, la pérdida y el fracaso.

Profetizado de estupidez

Que problema este de los profetas, de los desconocidos, de novelistas, cuentistas o simples especuladores.
Un disparate que vela por lo ilógico de las lógicas más evidentes. Ideal para la perfecta combinación de paranoias y mensajes ocultos, que trazan la circunferencia precisa para agrandar la incertidumbre del futuro.
Muchas suposiciones, que olvidan que las realidades que se viven marcan la tendencia a lo divino o al infierno de palabras olvidadas.
No hay que buscarles muchas vueltas. El concepto perfecto de creer o reventar resulta tan efímero como la promesa plagada de politiquería.
Filosofías tan baratas, que solo buscan acomplejar términos tan estúpidos que no merecen alegato alguno. Estados de non-felicidad que se llenan de respuestas sin conocer las preguntas.
Tildados como mensajeros del pasado, estos salvadores vencidos, venidos del anonimato de lo conveniente, son convertidos en una especie de héroes desaparecidos. Es fácil creer en lo complejo, máxime cuando no se comprende.

¿Acaso resulta un disparate creer que La Biblia puede ser un libro más, escrito por un cualquiera, como vos o yo?. Al margen de eso, realmente ha de ser una exquisita obra literaria. El bet-sellers por excelencia.
Si creo en la Iglesia, he de hacer lo mismo con Nostradamus, Los Mayas, Orión y miles más. Siempre caigo en el maldito vicio de la elección. Va, la vida es eso: Pura Elección.
Al fin y al cabo termino por hacer un texto de semi-autoayuda, casi imitando la vulgaridad de Bucay. Tratando de abrir pensamientos bien cerrados, bien básicos.
Por el momento me dedico a vivir el presente que me tocó. Tapado de profecías tan evidentes que hasta el más idiota de los idiotas puede vaticinarles. Todas apuntando hacía un final más obvio que un libro de Gabriel García Márquez.
El verdadero fin del mundo, lo viviré cuando no pueda darme cuenta que me llegó.